La Vida: Realidad Vs Ficción

La vida, ¿qué es lo que nos enseñan de ella? – En ese estado intermedio entre el nacimiento y la muerte,  aprendemos a través de lo que vemos en los medios que la vida se conforma de un todo “el amor” (un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional), un sueño en desvelo, la construcción de un mundo perfecto en el que las familias viven felices para siempre; al menos eso dicen los cuentos de hadas y princesas, sin embargo. 


¿soy yo la única que me doy cuenta que Disney después que dio finales felices a sus historias, ahora le ha dado por hacer segundas y hasta terceras partes?.

Son estas mismas historias que han gestionado en nuestro subconsciente la idea de que crecerás, encontraras el amor de tu vida, formaras una familia y serás feliz y bendecida para siempre.

Ahora   bien, – ¿Por qué carajos Disney no contó la verdadera historia desde el principio? ¿Por qué  esperar a que creciéramos para darnos cuenta que no todo fue como lo pintaron?, y dejar ahora a la vista de todos  los niños que surgen, lo que acabamos de descubrir los que ya quemamos su etapa, – que  en la vida no hay finales felices, que esta se compone de altos y bajos que solo es de valientes superarlos o sumergirse en un pozo sin fondo. 

Según Wittgenstein (1958), nosotros no conocemos nuestras propias emociones y nuestros propios sentimientos de manera natural, sino que los conocemos según un recorrido epistémico. Esto hace que nosotros produzcamos articulaciones lingüísticas espontáneas de nuestras sensaciones e impresiones del mundo.Y es ahí donde culpo a Disney y todas esas novelas que vemos en la pubertad y adolescencia, nuestras emociones y sentimientos se van condicionando por culpa de lo que vemos y no de lo que podemos sentir por nuestra cuenta.

“La personalidad es un aspecto del desarrollo humano que experimenta cambios a lo largo de toda la vida. Sin embargo, la adolescencia será un periodo definitivo de cara al afianzamiento de este aspecto”. Por tanto, vuelvo y repito; los medios principalmente de comunicación han dañado nuestra mente, si viéramos menos efectos especiales y guiones tan llenos de drama y romance, nos daríamos cuenta que la vida es solo un drama en el que decides ser el protagonista o uno de los personajes de relleno.


Por otro lado la “psicología discursiva, aquella que afirma que el lenguaje y el discurso son roles importantes para la creación de emociones”,  evidentemente es así, ¿saben la emotividad que provocan las palabras que salen de aquellos a los que queremos escuchar?, las emociones y sentimientos que esto causa son más poderosas que las actividades cerebrales que han causado todas esas influencias de las películas y las novelas.


Cuando creces y aprendes a diferenciar la realidad de la ficción, Llegas a un punto en tu vida en el que haces revisión de tus emociones y llegas a sentir ese vacío que te provoca una irrevocable reacción inversa de lo que es vivir; puedes llegar a sentir que todos los sueños que forjaste en tu cabeza desde niña, son solo fósiles que deseas dejar enterrados sin descubrir para siempre. – Es que ya no hay una motivación para confiar en que serás feliz, que vivirás en un mundo sin mentiras, sin dramas, pintado de hermosos colores; es donde llega la decepción y tiras la toalla, rechazas ser cortejada, caes en la horrible alusión de que todo aquel que te rodea o se acerque te hará una segunda y tercera parte de las historias de  Disney, algún rey enano malvado,
alguna que otra bruja que intente envenenar tu vida con una manzana,  convirtiéndote en un villano británico interesado en descubrir el preciado tesoro de la felicidad, llenándote de total inseguridad y desconfiando de todo a su paso y encontrándote con  un dragón de fuego que te hará desistir de continuar el camino que te lleve a la liberación de tus pesadillas,  quedando atrapados tus sentimientos en una torre de por vida. 

Autor: Anilda Rodríguez 

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